22 de octubre de 2011

¿USAS AGENDA Y SIGUES UN HORARIO?

Por mi forma de ser y mi empleo no suelo usar agenda ni seguir un horario, pero es cada vez más evidente que los necesito. Asocio las palabras "agenda" y "horario" con obligaciones y rutina, los cuales odio porque me hacen sentir como que no dirijo la dirección de mi vida. Me gustaría vivir espontáneamente, es decir, moverme libremente, conocer a nueva gente y vivir nuevas experiencias. 

Aunque no uso agenda, tengo cuadernos de notas. Yo no diría que son iguales porque se define una agenda como un libro en blanco para anotar actividades personales previstas y mis cuadernos son fragmentos de mi mente caótica grabadas en papel. Mis cuadernos no tienen líneas. No siguen un orden cronológico. Tiro hasta las altas horas de la noche apuntando en ellos mis tareas, metas e ideas para historias. Mis cuadernos son indicadores de mi desarrollo personal y cada vez están rellenados con más tareas y menos sueños.
Recuerdo hablar con un buen amigo que había estado viajando por Japón durante un año. Me contó que los adolescentes japoneses están locos. Los jóvenes iban por las calles vestidos de personajes de Manga (cómics japoneses) con pelos de todos los colores y ropa super rara, pero cuando llegan a los veinte cambian de repente. Pasan de niños Manga a adultos trajeados. Seguramente ese cambio drástico se debe mayoritariamente al trabajo. Me encuentro en ese momento de mi vida cuando el trabajo me obliga a cambiar mi forma de ser por un modo de vida más pragmático, pero no quiero perder el idealismo de mi adolescencia. 


Llevo trabajando en una pequeña consultora desde hace dos años. Trabajamos principalmente en la evaluación de proyectos de Cooperación Internacional al Desarrollo. Mantenemos un horario, aunque sea muy irregular. Yo había dicho que no sigo un horario porque en teoría trabajo las 24 horas del día. Tengo mis horas de oficina, pero si hay algo urgente para hacer, puedo estar hasta las 5 de la madrugada trabajando.

La irregularidad del flujo de mi trabajo combinado con mi impulsividad natural resulta en pocas horas de dormir y mucho estrés. Por esos motivos, he empezado a organizarme mejor. El otro día estuve leyendo un artículo sobre el jazz y la improvisación. El autor hablaba de la importancia del conocimiento de estructuras musicales y sentido del ritmo para buscar los momentos en que podemos salir de la rutina para explorar una idea creando algo espontáneo y bello. Me gusta mucho esa idea: planificar y organizar para dar más seguridad y espacio a improvisar. 


(Kawika)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anímate a participar